
Ya no hablamos de ficción, sino de ciencia. Estudios recientes confirman que jugar puede sanar, y que el gaming —usado de forma responsable— tiene el potencial de transformar la mente y las emociones.
Cuando jugar es terapia
Durante décadas, los videojuegos fueron cuestionados por su posible impacto negativo en el comportamiento y la atención. Sin embargo, la evidencia científica actual está cambiando esa narrativa. Cada vez más investigaciones demuestran que, en contextos controlados, los videojuegos pueden potenciar la concentración, la coordinación, la memoria y la regulación emocional.
Según el Centro AdCom del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Gregorio Marañón (Madrid), los videojuegos ya se emplean clínicamente para tratar el TDAH, el autismo (TEA) y los trastornos de ansiedad, logrando avances significativos en la atención sostenida y la estabilidad emocional.

Los videojuegos que están cambiando la medicina
El fenómeno de los juegos terapéuticos se ha expandido por todo el mundo, integrando tecnología, neurociencia y entretenimiento. Algunos ejemplos notables incluyen:
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EndeavorRx, aprobado por la FDA, es el primer videojuego recetado médicamente para tratar el TDAH infantil, mejorando la atención mediante mecánicas diseñadas por neurocientíficos.
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AutisMIND, desarrollado en España, ayuda a niños con autismo a mejorar sus habilidades sociales y su autonomía.
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Recovery Rapids, de la Universidad de Misuri, estimula la plasticidad cerebral en pacientes que se recuperan de un ictus.
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Dytective, impulsado por inteligencia artificial, detecta y entrena habilidades en niños con dislexia.
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Juegos populares como Fortnite, Overwatch o Call of Duty incluyen modos de color adaptados para personas con daltonismo, fomentando la accesibilidad.
Incluso títulos no diseñados con fines médicos, como Portal o StarCraft, han mostrado beneficios cognitivos en adultos mayores, mejorando la memoria de trabajo y la toma de decisiones.
Además, proyectos como los de la Fundación Juegaterapia demuestran cómo los videojuegos ayudan a aliviar los efectos emocionales de la quimioterapia, especialmente en niños hospitalizados, integrando torneos de EA FC en entornos terapéuticos.
Videojuegos y salud emocional: una nueva narrativa
Más allá de la rehabilitación física o cognitiva, muchos videojuegos se convierten en espacios de exploración emocional. Títulos como SPARX, Celeste o Night in the Woods abordan la ansiedad, la depresión y el estrés postraumático desde una perspectiva empática y narrativa, utilizando los principios de la terapia cognitivo-conductual.

GAMERGY y la revolución del gaming saludable
El festival GAMERGY es un claro reflejo de esta transformación. Este año, el evento no solo celebra la cultura gamer, sino también la innovación en salud digital. Habrá charlas dedicadas a videojuegos terapéuticos, talleres interactivos y experiencias inmersivas que demuestran que el juego puede ser una herramienta de bienestar.
En este nuevo paradigma, jugar no es escapar de la realidad, sino mejorarla.
No todo es juego: el equilibrio sigue siendo clave
Pese a los beneficios, los expertos insisten en la importancia del equilibrio. Desde 2019, la OMS reconoce la adicción a los videojuegos como un trastorno que puede causar aislamiento social, alteraciones del sueño y bajo rendimiento académico.
La recomendación general es limitar el tiempo de juego a:
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2 horas diarias para menores -
Hasta 3 horas para adultos, siempre que se mantenga un estilo de vida equilibrado
Un cambio clave de paradigma
Los videojuegos están dejando de ser vistos como una amenaza para convertirse en una medicina digital del siglo XXI. Su capacidad para estimular la mente, conectar emociones y mejorar la salud mental los coloca en el centro de una revolución terapéutica sin precedentes.
En definitiva, el futuro del gaming es más humano, más empático y más saludable. Porque, a veces, para sanar… solo hay que presionar Start.
La entrada Videojuegos: la nueva medicina digital que transforma la salud mental y emocional se publicó primero en CevicheNews.
Ya no hablamos de ficción, sino de ciencia. Estudios recientes confirman que jugar puede sanar, y que el gaming —usado de forma responsable— tiene el potencial de transformar la mente y las emociones. Cuando jugar es terapia Durante décadas, los videojuegos fueron cuestionados por su posible impacto negativo en el comportamiento y la atención. Sin embargo, la evidencia científica actual está cambiando esa narrativa. Cada vez más investigaciones demuestran que, en contextos controlados, los videojuegos pueden potenciar la concentración, la coordinación, la memoria y la regulación emocional. Según el Centro AdCom del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital
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